Cuando ví esa puerta sentí algo extraño en mi estómago. Era la misma sensación que tenía cuando era muy chico, al despertar de esa extraña pesadilla. Esa escalera que la antecedía, la luz, el olor y la viscosidad del ambiente, todo era igual a aquel sueño que sólo en ese preciso instante, volví a recordar.
Era un hecho que todo sería igual a ese maldito sueño. Sabía que al otro lado de esa puerta estarían esas mujeres con poca ropa y vomitivos olores. Sabía que despues de tomarme unos tragos aparecería esa extraña sensacion que recordaba como una nube o como una enorme y pesada toalla humeda amarrada a mi cabeza.
Entonces comencé a sentirme mal, el frio se me hacia imposible de soportar y mis amigos empezaron mirarme y a burlarse, sin entender nada de lo que pasaba. "Es su primera despedida de soltero", fue lo último que alcance a oir antes de comenzar a correr. Solo paré al encontrar un taxi que me llevara de vuelta a mi casa.
No me importaron las risas, ni las burlas, ni tampoco que pensaran que estaba totalmente loco. No estaba dispuesto a escuchar otra vez el sonido aterrador de esas dos explosiones y sentir nuevamente ese ardor incisivo y profundo en el pecho y en mi estomago. No queria volver a sentir como las fuerzas y la vida se me arrancaban por detras de mi cabeza, al mismo tiempo que mis piernas, pesadas, se hundian casi mas abajo del suelo. No queria ver otra vez esa imagen en mi cabeza, donde arrepentido, y rogando con todas mis fuerzas, pedia una nueva oportunidad para no volver a hacer las mismas cosas, ni repetir una vida que, a los 3 años y en un sueño, me era imposible entender.
