Habilidades Selbimani
Ignacio tenia habilidades telepáticas. Sabía cuando su familia y amigos lo requerían, lo que le permitía mantener cierta estabilidad, difícil de conseguir cuando no se dice nada.
También le era fácil escuchar aquellos mensajes que, comúnmente, sólo se pueden leer en la mirada, y agradecía la oportunidad de poder hacerse el estúpido frente a señales de gran claridad. Sin embargo, se cansaba de ver todo el tiempo a los mismos personajes y prescenciar las mismas escenas una y otra vez.
El aburrimiento lo llevo a querer escuchar a todos y todo: lo interesante, lo aburrido, ideas absurdas y declaraciones. Eso si, ojalá que nada se repitiera. Muchas veces recorrió algun mall, riendose solo de las historias que aparecían en su cabeza. Ya no le importaba lo que la gente pensara de el , y claramente sabía QUE pensaba la gente de el.
Fue entonces que comenzó a escuchar las señales de los celulares, el sonido de las microondas acabando con la frágil vida que se generaba en sus sandwichs de queso, y sus orejas ardían cada vez que alguien utilizaba el control remoto para cambiar de canal.
Recordó la película en que el protagonista se sacaba los ojos para no ver más a la gente como esqueletos animados, pero Ignacio sabía que su situación no era tan simple como encontrar donde estaban sus ojos o sus oidos.
Ese era el momento, no había otra solución. Levantó la vista para encontrarla y asi fue. Ella estaba ahí. Seguro ya de que no había otra salida, la miró y le habló. Y no paró de hablar por horas, hasta que las imagenes, sonidos y aromas desaparecieron de su cabeza.
También le era fácil escuchar aquellos mensajes que, comúnmente, sólo se pueden leer en la mirada, y agradecía la oportunidad de poder hacerse el estúpido frente a señales de gran claridad. Sin embargo, se cansaba de ver todo el tiempo a los mismos personajes y prescenciar las mismas escenas una y otra vez.
El aburrimiento lo llevo a querer escuchar a todos y todo: lo interesante, lo aburrido, ideas absurdas y declaraciones. Eso si, ojalá que nada se repitiera. Muchas veces recorrió algun mall, riendose solo de las historias que aparecían en su cabeza. Ya no le importaba lo que la gente pensara de el , y claramente sabía QUE pensaba la gente de el.
Fue entonces que comenzó a escuchar las señales de los celulares, el sonido de las microondas acabando con la frágil vida que se generaba en sus sandwichs de queso, y sus orejas ardían cada vez que alguien utilizaba el control remoto para cambiar de canal.
Recordó la película en que el protagonista se sacaba los ojos para no ver más a la gente como esqueletos animados, pero Ignacio sabía que su situación no era tan simple como encontrar donde estaban sus ojos o sus oidos.
Ese era el momento, no había otra solución. Levantó la vista para encontrarla y asi fue. Ella estaba ahí. Seguro ya de que no había otra salida, la miró y le habló. Y no paró de hablar por horas, hasta que las imagenes, sonidos y aromas desaparecieron de su cabeza.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home